MODOS DE VER O BRASIL: ITAÚ CULTURAL 30 ANOS

PRESS KIT

Una constelación del arte brasileño
celebra los 30 años de Itaú Cultural
en una muestra en Oca

Con la mayor selección del Acervo de Obras de Arte Itaú Unibanco exhibida en conjunto hasta hoy, que incluye desde la primera obra adquirida por Olavo Egydio Setubal, a finales de los años 1960, hasta las nuevas adquisiciones para la colección y la reconstrucción de la escultura pública de Ascânio MMM ― retirada en 1989 por la municipalidad para restauración, fue considerada irrecuperable y no volvió a su lugar ―, la exposición Modos de Ver Brasil: Itaú Cultural 30 Años celebra tres décadas de existencia del instituto dedicadas a las artes y la cultura brasileñas y da visibilidad a la cadena de acciones desempeñada por el instituto desde su fundación, en 1987.

La exposición Modos de Ver Brasil: Itaú Cuotural 30 Años que se abre a los invitados el día 24 de mayo y se presenta al público del 25 de mayo al 13 de agosto, ocupa los más de 10 mil metros cuadrados de Oca, uno de los símbolos arquitectónicos de São Paulo, integrante del conjunto de instalaciones del Parque Ibirapuera, diseñado por Oscar Niemeyer. Con curaduría de Paulo Herkenhoff, cocuraduría de Thais Rivitti y Leno Veras, realizada en colaboración con los equipos del Instituto y con expografía de Álvaro Razuk, la muestra presenta al público más de 750 obras ― 48 de las cuales recién adquiridas ― pertenecientes al Acervo de Obras de Arte Itaú Unibanco.

En 1969, el empresario Olavo Egydio Setubal adquirió Povoado numa Planície Arborizada, del pintor holandés Frans Post, la primera obra de un conjunto que actualmente reúne cerca de 15 mil piezas en este conjunto conservado y gestionado por Itaú Cultural ― todas adquiridas con recursos propios. Complementado por las colecciones de Arte Cibernético y Películas y Vídeos de Artistas, formadas por el Instituto, hoy es considerado uno de los mayores acervos corporativos del mundo y el mayor de América Latina. Algunos años después, en 1987, Setubal lanzó la piedra fundamental del proyecto ― las Galerías Itaú ―, que se convertiría en Itaú Cultural, una de las más importantes instituciones culturales en actividad en el país, con actuación nacional, que respeta y da visibilidad a la diversidad de las expresiones culturales en todo el territorio brasileño.

Para reunir esa historia, que se mezcla con la de la construcción de Brasil, los curadores optaron por presentar una constelación de 20 núcleos que los visitantes pueden recorrer, haciendo articulaciones y líneas de continuidad y ruptura entre ellos. Los trabajos se distribuyen por las cuatro plantas de Oca con miras a establecer una lectura ampliada del acervo. Sin seguir una secuencia cronológica y construyendo nexos y diálogos diversificados entre las obras, el público es conducido a hallazgos estéticos, lingüísticos, conceptuales y políticos, dando las indicaciones para construir nuevos modos de ver el arte brasileño.

La exposición busca, además, dar visibilidad a la cadena de acciones desempeñada por el instituto en estos 30 años: la formación de una colección, el registro de bienes culturales, su preservación y estudio y la difusión de la cultura mediante la edición de publicaciones y la realización de debates, exposiciones y una extensa programación. Ellas están presentes en la muestra, entre producciones de obras seleccionadas por el programa Rumos, una de las principales convocatorias de producción de arte y cultura en el país, y la enciclopedia, que dio origen al instituto y hoy se convirtió en el mayor compendio de arte y cultura brasileño en la web, pasando por las actividades de la institución, que abarcan las más diversas áreas de expresión artística y cultural de Brasil.

>

Algunas obras

Entre los casi ocho centenares de obras que se pueden ver en la exposición, las más antiguas, por su fecha, son dos mapas: Jodocus Hondius: AmericaSeptentrionalis, de 1613, y Henricus Hondius: Accuratissima Brasiliae Tabula, de 1630; y seis libros raros: Sebastiano Beretario: Iosephi Anchietatae Societatis Iesu Sacerdotis In Brasilia Defuncti Vita, de 1617, Nicolaus Orlandini: Historiae Societatis Iesv, de 1620, George de Spilbergen: Miroir Oost & West-Indical Auquel sont defcriptes les deux dernieres Navigations, de 1621, Sebastiano Beretario: Vita del Padre Gioseffo Anchieta, de 1621, Guilhermo Piso, Georg Marcgraf: Indiae Utriusque, de 1648, y Simão de Vasconcellos: Chronica da Companhia de Jesus do Estado do Brasil, 1663. Todos provenientes de la Colección Brasiliana del Acervo de Obras de Arte Itaú Unibanco.

Hay, además, trabajos del pintor brasileño Candido Portinari, considerado uno de los más importantes artistas nacionales del siglo XX, Emiliano Di Cavalcanti, la escultora Maria Martins, el artista Hélio Oiticica, el escultor ítalo-brasileño Victor Brecheret y la artista Lygia Clark. Entre los modernistas extranjeros se encuentra el pintor francés Fernand Leger.

Como un regalo a la ciudad, la organización de esta muestra proporcionó la reconstrucción de la escultura vertical sin título, con 5,35 metros de altura, de Ascânio MMM. El trabajo fue encargado en los años 1970, cuando Olavo Setubal era el alcalde de São Paulo. Al terminar las obras de la estación de metro Sé, él creó al lado una área para reunir un conjunto de 15 esculturas de artistas reconocidos, como Sergio Camargo, Rubem Valentim, Felícia Leirner, además de Ascânio. En 1989, la obra fue retirada para restauración por la municipalidad, pero fue considerada irrecuperable y no volvió a su lugar. (lea más sobre este tema, aqui, Obras de Ascânio MMM).

Modos de Ver Brasil: Itaú Cultural 30 Años incluye, además, importantes piezas de artistas contemporáneos, como Adriana Varejão, Beatriz Milhazes, Vik Muniz, Berna Reale, Jaime Lauriano, Ayrson Heráclito y Eder Oliveira. De estos últimos, algunas están entre las nuevas adquisiciones, como Bandeira Nacional # 10, Novus Brasilia Typus: invasão, etnocídio, democracia racial e apropriação cultural y Artefatos # (1, 2 y 3), de Lauriano, todas de 2016; cuatro trabajos de la serie Cabeças Bori, de Heráclito; y dos sin título, cuyo autor es Eder Oliveira, ambas de 2015.

Las plantas

El edificio de Oca, por su arquitectura específica, con su característico formato hemisférico, crea un espacio fluido, sin aristas y que, según los curadores, permite que las diferentes visiones creadas a partir de esa colección puedan convivir en igualdad. La espiral que el recorrido del edificio sugiere al visitante remite a una trayectoria en que no hay un punto de llegada, sino una relación de continuidad entre las temáticas y enfoques abordados.

São Paulo recibe al público en la planta baja. Fotos y obras sobre la ciudad, desde su fundación hasta trabajos producidos en 2017, invitan a una nueva comprensión de la capital del estado y sus alrededores, en los núcleos Esculturas, Historia, Paisajes, Urbanidad, Urbanismo, Modernismos, Concretos. Se mezclan en esta planta temas como el inicio de la villa, pasando por la construcción del interior del estado, con obras de Benedito Calixto o lienzos sobre la era del café, de Cândido Portinari; y, más recientemente, trabajos de Caio Reisewitz, por ejemplo.

El tema de la planta es la modernidad, el concretismo, el neoconcretismo y la contemporaneidad ― pasado, presente e indicaciones para el futuro. Para ello se cruzan miradas de artistas como Militão, Joaquim Pedro, Mario de Andrade, así como paisajes generales de Alfredo Volpi, personajes de Almeida Junior y naturalezas de Calixto. Más cercanas, fotos de indígenas hechas por Claudia Andujar; de los edificios de la ciudad, de Cláudia Jaguaribe; detalles de edificios, de Claudio Edinger; paisajes urbanos interpretados en los grafitis de Alexandre Órion; entre otros.

El subsuelo alberga experimentos del arte brasileño, con los núcleos Cibernética Conceptual, Teoría de los Valores, Naturaleza, Subjetividad, Escritura y Gambiarra (Improviso). Cildo Meirelles está en esta planta, con la litografía sobre papel moneda Zero Cruzeiro. Además de estos, la planta reúne un gran número de artistas, desde el pop Antonio Dias o Antonio Henrique Amaral, hasta Beatriz Milhazes o Berna Reale, en subjetividades, pasando por Portinari, y los contemporáneos Iran Espírito Santo, Paulo Bruscky, Hélio Oiticia y Lygia Clark.

La primera planta presenta la posguerra (Segunda Guerra Mundial), que, según los curadores, fue un momento en que un conjunto de temas aglutinaron a los artistas brasileños en torno a las artes visuales. Los núcleos son: Generacional, Bidimensional - Regímenes del Color, Bidimensional - Geometría de la Luz y Tridimensional. Aquí se encuentran la primera generación de cinéticos, como Abraham Palatnik, los colores de Amélia Toledo y los grabados de Maria Bonomi, en transversalidades por momentos históricos e ideas conceptuales. Hay, además, obras de Ana Maria Maiolino, Antonio Manuel, José Resende, Paulo Pasta, Volpi e Maria Martins, entre otros.

En la segunda y en la última planta, el paseo sigue por la formación social de Brasil: el Barroco y el Neobarroco, también con enfoque en dos episodios traumáticos de la historia brasileña ― la esclavitud y la conquista de las tierras indígenas. Aquí están Aleijadinho y Mestre Valentim, además de la contemporánea Adriana Varejão e incluso Albert Eckhout y Alberto da Veiga Guignard. En esta planta se puede ver un documento de venta de esclavos al lado de la cantidad de monedas de oro que representaba su precio como mercancía. Aquí se concentra el núcleo afrobrasileño, con 19 obras recién adquiridas de artistas como Alcides Pereira dos Santos, Ayrson Heráclito y Jaime Lauriano.